La Revolución de los pintos
Jorge Belarmino Fernández
Con el triunfo de la intervención estadounidense, la Guerra de Castas en la península de Yucatán y otros acontecimientos, al inicio de 1848 queda claro que México no ha sentado ni siquiera las bases de su existencia como nación. El abismo parece inevitable, capaz incluso de disgregarnos territorialmente, y dos consecutivos gobiernos dan modestos pasos para evitarlo.
A comienzos de 1853 y tras un golpe de Estado promovido por los grandes grupos de poder, el partido conservador guía a Antonio López de Santa Anna a una dictadura tragicómica. El país toca fondo y el primero de marzo de 1854 estalla en Guerrero una revuelta que poco a poco se extiende a otros estados. Año y medio después triunfa y da el primer paso hacia la reforma.
Jorge Belarmino Fernández
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