El principio
(1968-1988: años de rebeldía)
Veinte años fueron El principio del final de un régimen.
En estas dos décadas (1968-1988) el régimen fue derrotado culturalmente por una sociedad que salía de su letargo. Pero las batallas que dieron sus sectores de vanguardia no fueron suficientes para destruirlo de golpe.
Lo sacudieron, lo evidenciaron, pero fue sólo El principio de una caída que se dio como en cámara lenta en todo el final del siglo. Si el régimen nació en 1929 podemos decir que llegó a su plenitud en los años sesenta. Las Olimpiadas México 68 iban a representar su cúspide, su apogeo, su consagración mundial, su meta cumplida: la entrada de México a la modernidad ante la vista del mundo.
El país mostraría una economía industrial en desarrollo. Un crecimiento sólido. Una clase media urbana satisfecha y con estilos de consumo copiados de Estados Unidos. Una identidad nacional fundada en una historia milenaria pero apoyada en su culminación de bronce, la revolución institucionalizada, y en un sistema de educación pública universal con libros de texto obligatorios y gratuitos. El rostro orgulloso que el país mostraría al mundo incluía un grandioso Museo de Antropología y una moderna, funcional y hermosa Ciudad Universitaria cuyo estadio sería sede de las fiestas de inauguración y clausura y que entonces adoptó el nombre de “Estadio México 68”.
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