Un pulso que golpea las tinieblas
Una antología de poesía para resistentes
Toda antología es arbitraria pero ninguna lo es tan placenteramente como ésta.
No es una antología ritual, ni ortodoxa, ni seria, es arbitraria y mañosa, léanla con indulgencia.
La generación del 68 se reconocerá en estas páginas, ahí están los epigramas de Cardenal con los que tanto intentamos ligar y tan poco pudimos; la paradoja es que esos maravillosos poemas de amor dedicados a “Claudia” venían de un pastor protestante y sandinista.
En los siguientes años, cuando andábamos por las catacumbas del DF enfrentando la marea represiva del diazordacismo, organizando un sindicato independiente aquí y allá, alfabetizando en un barrio o dando forma a lo que sería más tarde el movimiento urbano, la poesía se volvió uno de nuestros más fieles amigos.
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